ORQUESTACIÓN, CONTAGIO Y SIMPLIFICACIÓN

ORQUESTACIÓN, CONTAGIO Y SIMPLIFICACIÓN

Ya han pasado más de 6 meses desde que asumió el gobierno nacional, presidido por Javier Milei quien instaló y convenció con una idea muy clara: Sacarle todos los privilegios a la “casta”, lo que generaría por consecuencia obvia una mejora en la calidad de vida de todos los “argentinos de bien”. Bueno, veamos algunos datos:

¡Y resulta que era todo un verso!

 Desde el día 0 están en un trabajo particular de demonización de todo un ala de oposición, al cual encuadran dentro de la idea de “Organizaciones sociales”. Pero ojota con esto, porque en realidad la discusión es muchísimo más profunda. Se discute el rol del Estado hasta para las situaciones de emergencia, como es el hecho de tener un plato para comer. Se discute la distribución del ingreso. Se intenta romper con cualquier tipo de pensamiento colectivo que implique pensar en el otro por sobre mis intereses o deseos.

No vinieron (justo estos, encima) a plantear un baño mágico de honestidad a la política. Están trabajando en una estigmatización, desgaste y desprestigio profundo sobre los más pobres y las organizaciones sociales, a fin de que cuando quieran terminar de descartarlos del sistema logren un aval (o al menos una miradita al costado) de la sociedad. Quieren llevar a la población a un esquema cultural donde predomine completamente lo individual por sobre lo colectivo. Instalar la “normalidad” de la competencia y el egoísmo como sustrato de nuestra sociedad.

¿Cómo operan sobre esta situación? Con la invasión mediática (a través de la plataforma que fuera) de forma orquestada, logran unir distintos eslabones para crear un enemigo común.

  1. Atacar puntualmente a dirigentes que ponen la cara. Demonizar a personas como Juan Grabois o Eduardo Belliboni, a base de denuncias o ataques constantes con periodistas full ensobrados que juegan a la moralina sin sentencia alguna judicial.
  • Exposición de algún hecho de corrupción o apriete. El fin de la exposición de estas cuestiones no tiene que ver con “exponer que hay en Monte Chingolo un referente que amenaza a los humildes si no van a una marcha” sino con el hecho de ensuciar la política buscando posteriores consensos ¡Es una burrada horrenda! Pues lo que sucede es los sistemas no pueden ser corruptos per se, sino que los corruptos e inmorales son los individuos que la componen. La realidad es que si juancito es un apretador como referente de la UTEP, también lo sería con sus empleados si fuera CEO en Google.
    Demás está la aclaración que a los corruptos y apretadores hay que mandarlos al calabozo en 10 minutos. Pero si realmente la cuestión para el gobierno fuera purificar y no dejar a las personas sin ni siquiera un plato de comida, lo que correspondería es trabajar en mejorar el funcionamiento y asegurarse que no exista nada turbio en el medio.
  • Promoción de un conflicto entre pares. Ejemplos hay de sobra ya que de vez en cuando, por ejemplo,  nos aparece un programa de TV que demuestra cuánto puede acumular un beneficiario si cobra tantas cosas a la vez.  También cuando a partir de la viralización de alguna cuestión como fue el caso de “La Planera”, donde debido también a sus expresiones (generalmente relacionadas al sector social del que proviene) se arma un circo alrededor motivando sentimientos de rechazo. No solo por las expresiones sino por las formas.

Con estos 3 hechos encadenados a una crisis económica que a partir de que asumieron se ha vuelto mucho peor, operan para quebrar lo que queda de ese tejido social solidario y así, a posteriori, promover la cultura del descarte y deshumanización de los excluídos.

¡Es que generar bronca, obviamente que es fácil!

Juan Carlos (como la mayoría de los trabajadores argentinos) se rompe el lomo laburando -probablemente en la informalidad- para ganar un salario por debajo de la linea de la pobreza y sin llegar a fin de mes. Al llegar a casa se conecta con algún informativo (TV, redes, Radio, etc.) y ve de forma sistemática y constante: Denuncias, hostigamiento y  ataque constante sobre determinados referentes de “las organizaciones sociales” (que además estas son muchísimas con muchos más dirigentes de los que creemos) la mayor parte de las veces sin pruebas. Además de eso, que la gente va obligada a las marchas o que cobran no sé cuánto por mes del Estado. Y encima esto lo percibe de más de la mitad de los medios a los que accede, con periodistas que se encargan de poner adjetivos calificativos negativos de forma constante o decir que todo lo que dicen es “verdad” porque se los dice una “fuente de confianza”

¿¡Cómo no va a tener bronca Juan Carlos Si las fuentes en las que deposita su credibilidad le dan a entender que es un pelotudo!? Que es más fácil ser un chanta o un indigno. ¿¡Cómo no va a odiar a Grabois Juan Carlos!? Si, de alguna forma mágica, es culpable de que en el Monte Chingolo hay alguien que aprieta a los vecinos para ir a una movilización ¿¡Cómo no va a mira el día de mañana para otro lado si no hay comida en los comedores!? Si han generado una relación fantasiosa entre corruptos, corrupciones y pobres.

Todo ese ataque, sistemático y constante, deja una huellita en el inconsciente de las personas, y es un principio en el que acuerdan todas las líneas de estudio y pensamiento que analizan la opinión pública. Lo que realmente buscan estos miserables que son capaces de duplicar la indigencia sin decir ni mú (y les cabe a los empleaduchos locales, siempre, obvio) es romper el tejido solidario entre argentinos para poder así seguir avanzando en un modelo que promueva la cultura del descarte.

Escribe. Julian Tornini

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