
Se sumarán a la clausura de sucursales en Ushuaia, El Calafate y Comodoro Rivadavia. Qué pasará con los trabajadores.
El recorte de Aerolíneas Argentinas sigue su curso imparable, con el claro objetivo de reducir su horizonte de gastos en un contexto económico y político cada vez más tenso. La estatal, bajo la gestión de Javier Milei, ha profundizado el ajuste con el cierre de varias oficinas en el interior del país, marcando una tendencia que ya comenzó en los últimos meses con la clausura de sucursales en Ushuaia, El Calafate y Comodoro Rivadavia. En esta ocasión, el próximo paso de la empresa será desactivar sus instalaciones en Bariloche y Neuquén, lo que deja en evidencia la continua estrategia de “motosierra” de la administración actual.

